El germen productor de la sífilis, Treponema pallidum, forma
parte del grupo de los protozoos espiroquéticos, tiene forma espiral, y su
longitud oscila entre 4 y 15 \i. Sus cultivos son muy difíciles, y en ellos
pierde la virulencia. Puede encontrarse en las lesiones sifilíticas primarias y
secundarias, pero resulta mucho más difícil de descubrir en la sífilis tardía.
Epidemiología y
contagio. La sífilis está extendida por todo el mundo y es más maligna y
exuberante en la raza negra. El progreso de la higiene, los quimioterápicos y
los antibióticos disminuyeron mucho su morbilidad pero últimamente se ha
recrudecido su incidencia.
Las materias infecciosas más importantes son los exudados
del chancro inicial y las sifílides o lesiones cutáneas mucosas secundarias. La
sangre suele ser virulenta durante las fases floridas del período secundario, y
entonces pueden ser infecciosos la saliva, la leche, el flujo menstrual e
incluso la orina. Finger fue el primero en demostrar experimentalmente la
infecciosidad del semen. Ello concuerda con la frecuencia con que se afecta el
testículo, a menudo de forma poco aparente, y lo elevado del número de contagios
sexuales.
Atendiendo al mecanismo del contagio y al momento en que
ocurre, hay que distinguir dos variedades de sífilis: 1) sífilis adquirida
después del nacimiento, o sífilis posfetal, y 2) sífilis adquirida antes del
nacimiento, o sífilis congénita.
La sífilis del joven o el adulto suele penetrar a través de
la piel o las mucosas de la región genital. La mayoría de los contagios son
venéreos, tanto por medio del coito o de contactos buco genitales como por
sifílides secundarias, flujo menstrual, etc. También puede transmitirse a
través de vasos o cubiertos contaminados, transfusiones sanguíneas, etc. Las
pequeñas erosiones cutáneo mucosas facilitan considerablemente la penetración
del treponema sifilítico.
La sífilis congénita o heredosífilis siempre procede de la
madre. La infección total suele ocurrir a partir del tercer mes de la
gestación. Puede presentarse al nacer, después de los tres meses de edad o
incluso más tarde. Las formas clínicas más importantes del lactante son: a) La
coriza sifilítica, con secreción muco purulenta y desarrollo de la típica nariz
en silla de montar. b) El pénfigo palmoplantar, con grandes vesículas que se
rompen y dejan úlceras sangrientas, c) Las hepatosplenomeg alias. d) Las
osteocondritis con desprendimientos epifisarios. e) La paroniquia y el
piqueteado de las uñas. f) La neumonía alba.
Las principales manifestaciones de la sífilis congénita
tardía son: a) defectos óseos, b) defectos dentarios, c) defectos sensoriales,
y d) defectos cutáneos. Se cita como característica la tríada de Hutchinson:
incisivos excavados, queratitis y sordera.
Patogenia. Inmunología. Es excepcional dar con sujetos que
posean inmunidad natural congénita a la sífilis. En cambio, los ya infectados
difícilmente la contraen de nuevo. A las 5-6 semanas del contagio aparecen en
el suero anticuerpos antiluéticos —el hallazgo de los cuales posee notable
valor diagnóstico—, que se analizan mediante la reacción de Wassermann.
Períodos evolutivos
de la sífilis adquirida. Período primario. Comprende el plazo que va desde
la aparición del chancro de inoculación, generalmente ostensible a los 18-25
días del coito infectante, hasta que, transcurridas 8-12 semanas de enfermedad
inicial, comienza el período secundario; sus elementos clínicos más
característicos son los cutáneos, y entre ellos la roséola y las placas
mucosas; aparecen asimismo signos de generalización treponémica. Este segundo
período dura generalmente 1-4 anos, y también es contagioso. Durante el período
terciario la infección tiende a circunscribirse en determinados órganos (aorta,
sistema nervioso, hígado, pulmón, etc.) y origina la lesión gomosa
característica de esta fase de la infección, que a menudo se prolonga hasta la
muerte del individuo. El período cuaternario comprende la tabes* y la parálisis*
general progresiva.
Diagnóstico de la
sífilis. Aparte de los rasgos clínicos ya citados, suele apelarse al
estudio serológico del enfermo. Las reacciones específicas que sirven al
diagnóstico son las de Wassermann, Meinicke y Kahn. La prueba de Nelson
(inmovilización por métodos inmunológicos del treponema) posee una
especificidad prácticamente absoluta; su técnica es compleja, y sólo está al
alcance de los laboratorios especializados.
Tratamiento. La
penicilina es, sin duda alguna, el medicamento más eficaz contra cualquiera de
las formas de sífilis. A dosis adecuadas, este antibiótico consigue una
proporción de curaciones del 90-95 %. En la actualidad se han abandonado casi
por completo los arsenicales, el bismuto y el mercurio.
La respuesta clínica al tratamiento penicilínico suele ser
muy rápida. En cambio, la negatividad serológica es más tardía, generalmente
tiene lugar después de los tres meses y medio, o más. Una vez concluido el
tratamiento es preciso efectuar controles periódicos para asegurarse de la
curación.